La enfermedad de Sever es una inflamación en la zona del talón que suele darse en niños y niñas entre los 9 y los 12 años, debido al rápido crecimiento que se da en esta etapa de su vida.
Esta enfermedad es más común en niños y niñas que practican deportes como atletismo, fútbol, baloncesto y, en general, cualquier actividad deportiva que implique correr o saltar de forma frecuente e intensa.
La inflamación en el talón que se da en la enfermedad de Sever ocurre porque el cartílago de crecimiento del talón, que es una capa cartilaginosa situada en el extremo del hueso, sufre especialmente en la época de la pubertad. Durante el estirón que dan los niños y niñas a esta edad, el crecimiento de los músculos y los tendones es muy brusco y tiran del cartílago de crecimiento. Esta tirantez se acentúa al practicar deportes de impacto, y por eso el dolor es mayor tras practicar deporte.
Aunque la enfermedad de Sever es muy molesta cuando aparece, es un problema transitorio. Suele desaparecer al cabo de unos meses y no se mantiene más allá de los 13 o 14 años. Además, no provoca ningún problema a largo plazo.
¿Cómo saber si mi hijo tiene la enfermedad de Sever?
En primer lugar, el primer síntoma es que tu hijo o hija se queje de dolor en el talón del pie después de realizar su práctica deportiva, ya sea inmediatamente o en los días posteriores. El dolor se siente más intenso cuando presionas el talón por ambos lados y es posible que se vea enrojecido por la inflamación. Esto puede afectar a un solo talón o a ambos.
Cuando eso ocurre y tu hijo/a está en plena pubertad (entre los 9 y los 13 años), es muy probable que se trate de la enfermedad de Sever. Sin embargo, es imprescindible que un especialista realice la evaluación pertinente para que lo confirme, o determine si hay algún otro problema que le esté provocando este dolor en el talón (problemas en el tendón de Aquiles, en la fascia plantar, un quiste óseo, alguna fractura o esguince, etc.).
¿Qué hacer si mi hijo/a tiene la enfermedad de Sever?
El médico que haya confirmado la enfermedad será el más adecuado para recomendar el tratamiento a seguir, la medicación, los ejercicios y las pautas de reposo. Ten en cuenta que cada caso es distinto, y dependerá mucho de la actividad del niño, de su edad y de la gravedad de la situación. Sin embargo, a grandes rasgos, lo más probable es que el médico te indique lo siguiente:
- Eliminar por completo la práctica deportiva hasta que el dolor remita.
- Si se desea, practicar otro deporte alternativo que no implique el apoyo del peso en los pies, como por ejemplo la natación.
- Estar en reposo mientras el dolor en el talón del pie sea intenso.
- Tomar algún tipo de medicación antiinflamatoria adecuada a su edad y recetada por el médico, durante los episodios de dolor más intensos.
- Colocar compresas frías o hielo en el talón (protegiendo la piel con una toalla) para reducir la inflamación.
- Hacer estiramientos o ejercicios para fortalecer los músculos.
¿Que calzado va a ser más adecuado para mi hijo si sufre la enfermedad de Sever?
Lo más adecuado es que siempre que esté en casa, y especialmente durante los días de reposo o de mayor afectación, utilice un calzado abierto en la parte del talón para que no haya fricción ni presión en la zona. Unas zapatillas de andar por casa abiertas por el talón que a su vez le sujeten bien la parte delantera del pie serán la mejor opción.
Para salir a la calle, lo ideal será disponer de unas zapatillas o botines que reduzcan el movimiento del talón y el tobillo. Eso no significa que deba utilizar zapatos rígidos o pesados, sino zapatos que sujeten el talón con suavidad. En general, cualquier modelo de botines o de zapatillas de los que puedes encontrar en Querolets cumple con esta premisa, ya que sujeta el talón y lo mantiene en una posición correcta sin rigidez, además de ser ligeros y de suela flexible.
Cuando pueda retomar su práctica deportiva, asegúrate de que utiliza el calzado más adecuado para esa disciplina. Si es necesario, puedes comprar unas plantillas acolchadas para que el impacto en el talón sea menor.
Con estos cuidados y procurando reposar hasta que el dolor desaparezca, en cuestión de semanas, tu hijo/a podrá volver a hacer vida normal y retomar sus actividades deportivas. Aunque es posible que vuelva a sufrir episodios de dolor en el talón del pie mientras que termina de realizar el estirón, ahora ya sabréis cómo actuar y cómo calmar la inflamación.