El verano es muy aburrido para los pequeños, esperando la vuelta al cole, si todos los días son iguales. Aunque se lo pasen bien en la playa o en la piscina, necesitan estímulos que les hagan crecer, aprender y socializar. Una de las soluciones más comunes para muchos padres y que es extremadamente gratificante para los niños son los campamentos de verano. Va a conocer otros niños con los que logrará establecer vínculos emocionales muy fuertes y eso enriquecerá su vida. Para que te convenzas, te contaremos los beneficios principales de pasar 7, 10 o 15 días fuera de casa.
- Aprender a organizarse: lo primero y más importante es hacer la maleta. Es importante que cuando son pequeños se les prepare la maleta con su ayuda para que vean como debe organizarse. Truco: separa los conjuntos de ropa para cada día y ponlo en bolsas. Escribe los días en las bolsas para que no se haga un lío. Explícale que cada día tiene que usar una pero que puede modificarla si es necesario.
- Socializar: conocer gente nueva siempre es una aventura y si además conoces personas que se convierten en tus amigos mucho mejor. Durante esos días los pequeños desarrollan capacidades extraordinarias para socializar con el resto de la colonia. Además, como no todas las actividades se hacen siempre con los mismos niños, les permite abrirse y perder la vergüenza.
- Reír: aunque pueda parecer algo sin importancia, la risa es la chispa de la vida. Dicen que cada vez que reímos nuestra vida se alarga 3 segundos. O también puede interpretarse como que con cada risa somos más felices y tenemos una mejor calidad de vida.
- Hacer deporte: gincana por la mañana, juegos de agua por la tarde y gran juego con linternas por la noche. Este sería un ejemplo de día completo en unos campamentos. Como ves, no paran ni un momento y el esfuerzo físico es grande, con lo que el ejercicio es una constante.
- Comen de todo: los monitores suelen ser muy estrictos en ese aspecto. Hasta que no se terminan todo el plato no se levantan de la mesa y al final, se lo terminan comiendo. Durante esos días no hay caritas de pena que valgan ni “mamá, por favor, venga (seguido de un llanto)”. Esos días aprender a comer de todo y muchos descubren que les gustan esas cosas que les daban tanto pavor.
- Se implican en la limpieza: convivir tantos días en una casa sucia no le gusta a nadie, por eso, todos los días los niños se dividen en grupos y lo dejan impoluto.
- Hacen lo que les gusta: los niños son niños y deben disfrutarlo. Durante los campamentos de verano hacen actividades que les gustan: talleres de manualidades, juegos de competición, excursiones, chapuzones en el río, juegos de rol, se disfrazan, se ríen, …¡se lo pasan genial!
Este verano tú te mereces una vacaciones y tus hijos también. No te lo pienses más y llévalos a unos campamentos de verano. Deja que experimenten y jueguen, aprendan a hacer trampas, se discutan, se perdonen, hagan amigos… En definitiva, deja que sean niños.