En tan solo 12 meses, el bebé triplicará su peso, aprenderá a desplazarse y a comunicarse. En este artículo veremos qué son los hitos del desarrollo, porqué es importante conocerlos y cuáles alcanzará durante su primer año de vida.
¿Qué es un hito en el desarrollo?
La palabra “hito” se utilizaba antiguamente al referirse a las piedras que se colocaban a lo largo del camino. Servían para medir la distancia entre dos puntos. Así, cuando alguien avanzaba por un camino, los hitos le indicaban que había superado un tramo y que iniciaba el siguiente.
Pues bien, algo así sucede con el desarrollo de los niños. Un hito del desarrollo es un logro, habilidad o acción que realizan la mayoría de los bebés a una edad determinada, y que es el paso previo a otra habilidad más compleja.
¿Por qué es importante conocer los hitos del desarrollo?
Aunque los pediatras suelen hacer exploraciones periódicas al bebé y preguntar a los papás acerca de los hitos que van alcanzando, no está de más que los papás también conozcan los hitos del desarrollo en el primer año de vida y vayan observando sus progresos. Así podrán consultar al pediatra si detectan algo que les preocupa.
Pero conocer los hitos no significa obsesionarse con ellos. Cada hito presenta una ventana de varios meses durante la cual la mayoría de bebés adquirirá esa habilidad. Cuando un bebé no la ha adquirido pasado el tiempo límite es cuando debemos estar atentos y consultar al pediatra.
La información que te compartimos a continuación es solo orientativa. Se basa en los hitos del desarrollo en el primer año de vida que comparte la Asociación Española de Psiquiatría Infanto-Juvenil. Si tienes dudas o algo te preocupa, lo mejor es que consultes al pediatra para que valore a tu bebé de una manera personalizada y completa.
Hitos del desarrollo en el primer año de vida
Durante el primer mes
El bebé duerme unas 17 horas en ciclos de unas 4 horas, y su tiempo despierto es para alimentarse. Sus movimientos son básicamente reflejos y su atención se dirige a objetos con contrastes de colores, especialmente blanco-negro, así como a objetos en movimiento. La voz de sus papás y el contacto con ellos le tranquiliza.
De 1 a 3 meses de vida
Al colocarlo boca abajo empieza a levantar su cabeza. Su llanto empieza a ser diferenciado, según si tiene hambre, dolor, incomodidad… Empieza a mostrar interés por el rostro humano, y su interés por los objetos móviles y los sonidos se incrementa. Sonríe de forma endógena (cuando se siente a gusto) y reacciona ante la voz y la cara de sus papás, especialmente la de su mamá.
Entre los 3 y los 4 meses
Empieza a disminuir la cantidad de sueño total, y los ciclos de sueño- vigilia se alargan un poco. Cuando se coloca boca abajo, no solo levanta la cabeza, sino también los hombros. Cuando lo cogemos en brazos ya mantiene la cabeza erguida. Empieza a jugar con las manos. Su sonrisa ya no es solo endógena, también es social, sonriendo especialmente a las personas que reconoce y reaccionando de forma distinta ante personas que no conoce.
De 5 a 6 meses
Al jugar, es capaz de dirigir su mano hacia los objetos, cogerlos y pasarlos de una mano a la otra. Tumbado, es capaz de voltearse. Los juguetes le provocan alegría: ríe y vocaliza al manipularlos. Realiza balbuceos frecuentes (consonante-vocal, vocal sola…).
Entre los 7 y los 8 meses
Es capaz de mantenerse sentado. Tumbado, se lleva los pies a la boca. Juega a tirar objetos al suelo, lo que le provoca diversión. Es capaz de imitar gestos sencillos y se reconoce frente al espejo. Busca el contacto con sus figuras de apego.
De 8 a 10 meses
Logra coger objetos realizando la pinza superior (cogerlos con los dedos en lugar de utilizar toda la mano). La comunicación empieza a desarrollarse de forma más notoria. Realiza soliloquios y vocalizaciones espontáneas mientras juega, cada vez de mayor complejidad: consonante – consonante – vocal, consonante-vocal redoblada (mama, papa, tata…).
Reacciona cuando escucha su nombre y entiende algunas palabras como “ven”, “coge”, “adiós”, “no”… Solicita la atención de los adultos con sonidos y cambios de entonación, y participa en juegos de cucú tras. Siente ansiedad con personas que no conoce si no localiza a sus papás.
Entre 10 y 12 meses
A partir de este momento, y especialmente hacia los 12 meses, su ritmo de sueño empezará a ser más estable y se irá adaptando al ritmo circadiano. Iniciará el gateo y se pondrá de pie con apoyo. A partir del mes 12, algunos bebés empezarán a andar con apoyo por todas partes, por lo que convendrá comprar su primer calzado. También es posible que empiece a utilizar algunas palabras con intencionalidad, como “agua” cuando tiene sed, “papá” refiriéndose a él, “miau” señalando al gato, etc. También se comunicará con gestos. Durante esta etapa, se angustiará mucho si se separa de sus papás, especialmente de su mamá.