Que no os engañen. Septiembre todavía es un mes de calor y en el que, aunque no lo parezca, los rayos solares queman con la misma intensidad que en los meses anteriores. Los días todavía son calurosos y, por lo general, es un mes en el que seguimos disfrutando de playas, piscinas y paseos por la montaña.
¿Sabéis que los pies son una de las zonas más delicadas de nuestro cuerpo y debemos de tener especial cuidado a la hora de exponerlos al sol? Se trata de una zona en la que nuestra piel es muy frágil, ya que durante el invierno no la exponemos a las condiciones atmosféricas, al viento, al sol, a la lluvia… elementos que la fortalecen como nos pasa en los brazos o las piernas. La mayoría del año llevamos los pies con calcetines y zapatos cerrados. Por ello, y aunque nos parezca una tontería, en los meses de verano es muy muy importante proteger, más si cabe, el empeine del pie de posibles quemaduras solares. Sí, también en septiembre.
Ya sabemos que los peques tienen la piel más delicadita que los adultos, ya que llevan menos tiempo expuestos a las condiciones climática, mucho menos que sus papis. Si salís a pasear con ellos, mejor que sea durante el atardecer o las primeras horas de la mañana y mejor todavía si utilizamos capotas, sombrillas o muselinas para protegerlos de los rayos solares. Y siempre evitar la franja horario de las 12.00h. a las 16.00h.
Por supuesto ya sabéis que debemos proteger la piel del niño con crema solar. Muy importante que sea hipoalergénicas y que haya sido testada adecuadamente para su uso pediátrico. Lo recomendable es que sean resistentes al agua y con factores de protección altos. En general, aplicaremos la crema a nuestros peques entre media hora o una hora antes de la exposición al sol y la renovaremos cada dos o tres horas. Además, es muy importante aplicarla en todas las zonas prestar atención, como os decíamos, en zonas más delicadas como el empeine de los pies, y también en las orejas, la nariz y la cabeza (si tus hijos tienen poco pelo o los peinas con rayas).
Ah! Ten en cuenta que los productos cosméticos caducan y pueden perder su efectividad. Así que comprueba siempre que la crema solar no está caducada. Es conveniente complementar la crema solar con otros filtros como los gorros, pañuelos, camisetas, sombrillas o toldos. Y por último, no nos podemos olvidar tampoco de los ojitos de los más peques. Tanto el agua como la arena de la paya reflejan la radiación ultravioleta, de modo que, igual que protegemos la piel, debemos proteger los ojos de nuestros hijos. Además, el cloro de las piscinas o la sal del mar y las demás impurezas pueden crear problemas oculares. Así que debemos utilizar gafas homologadas para el sol, que cumplan la normativa europea vigente, y gafas para bucear en el agua.
Con estos consejos seguro que vuestros niños podrán disfrutar de los últimos días de verano con total seguridad. ¡Disfrutad del “veranillo” de San Miguel!